miércoles, 12 de diciembre de 2012

SOLO EN NAVIDAD






Era 25 de diciembre en la casa Anubis, el árbol se elevaba hasta casi tocar el techo, las velas humeaban sobre las pequeñas mesas, la chimenea estaba encendida y yo, frente a ella esperaba que el tiempo pase rápido, que por fin termine toda esta celebración de personas egoístas, que pasaba todo el día con su familia, mientras yo, estaba solo en la casa…


Mi familia nunca fue muy unida que digamos, mientras que los padres de todos venían a recogerlos para poder pasar las fiestas navideñas en sus casas, los míos, me dejaban solo aquí.


Enviaban dinero, para que me comprase lo que quisiese, pero ¿Acaso se puede comprar el cariño o el amor? El dinero ni las cosas pueden abrazarte ni decirte ¨ te quiero ¨ .En cambio un ser humano si podía.

 

Cada año, Trudy se iba a su casa en noche buena, para pasar navidad con su familia, sintiéndose muy culpable de dejar a un niño de ocho años solo en navidad, quien no tendría pena de eso… ah, déjenme pensar, pues a Víctor!!!

 

Estaba a punto de irme a mi cuarto e intentar no pensar en ello, cuando una gran mano se poso sobre mi hombro.

   - Jerome Clarke, a mi oficina de inmediato, por favor.

   - Si Víctor…- le respondí.

 

Me preguntaba que era lo que pasaba, ¿Habría descubierto alguna broma mía y de Alfie? ¿Quizá alguna travesura mía? Sea lo que sea, algo me decía que no era bueno.

 

Llegamos a su oficina y me pidió que me sentara frente a el.

  - Escucha Clarke, se lo duro que es para ti pasar las navidades y días de fiesta  solo.

  - De hecho, no lo es, ya estoy acostumbrado a estar así, lo he estado toda mi vida.

  - Se como es ser niño y que no expresen nunca su cariño por ti, sentirte infeliz…

  - ¿Como sabes todo eso?- pregunte curioso.

  - Mi padre siempre me trato mas como un estobo, que como un hijo.-   respondió, tristemente.

  - Lo siento mucho, no debí haber preguntado.-Intente disculparme, sintiéndome algo culpable.

  - Pero, soy prácticamente como un padre para ti y no voy a dejar que la historia se repita de nuevo- exclamo Víctor.

No sabia a que se refería con eso, se levanto de su silla y bajo las escaleras, me pidió que fuera con el.

 

   - Siéntate allí y espera a que regrese.

   - Esta bien.

El se alejo, y yo mas extrañado que nunca, me puse a pensar en que haría conmigo.

 

Víctor se cerco a mi con un paquete en las manos…

   - ¿Qué es eso?- pregunte algo extrañado. ¿Acaso me estaba dando un regalo de navidad o algo parecido?

   - Ábrelo- me indico, sonriendo.

 

Esto si que se puso raro, ¡Víctor estaba sonriendo! Por primera vez en mi vida ocurría un acontecimiento de tal magnitud frente a mis ojos.

 

Abrí el paquete y saque lo que estaba dentro. Un hermoso camión rojo de juguete apareció frente a mí. Lo mire incrédulo.

- Cuídalo mucho, me lo dio mi madre cuando era niño, antes de morir.

- Lo siento- fue todo lo que dije, mirando el juguete.

-No tienes porque sentir lastima por mi, niño, eso fue hace mucho. Solo ve y juega con tu regalo.

- Muchas gracias, pero ahora que se lo dio su madre, no puedo aceptarlo.

  - Vamos, yo me divertí mucho con el, estoy seguro que tu también lo harás.

  - Gracias Víctor- respondí mientras lo abrazaba. (Eww)

 

El no me aparto, por el contrario, pude notar una sonrisa en su rostro, quizá el, al igual que yo, haya estado necesitando amor.

 

Mientras me dirigía a mi habitación, comprendí que quiera o no, Víctor  era como o un padre o tal vez un abuelo para mi. Uno gruñón y que se molestaba con facilidad, pero que nunca negaba el darte cariño. Eso es lo que hizo en esta fría tarde de navidad, confortarme, darme felicidad y sobre todo lo que nunca había podido tener: Amor.

 

-          Feliz Navidad Victor- susurre desde la puerta de mi cuarto.

-          Feliz Navidad- me contesto con una sonrisa.

                                                                                                FIN.

                                                   

           

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